Los jóvenes con obesidad tienen un riesgo hasta un 40% mayor de esclerosis múltiple
La relación entre obesidad juvenil y esclerosis múltiple debe suponer una motivación adicional para promover el ejercicio y la buena alimentación en la etapa escolar.
La esclerosis múltiple es una enfermedad neurodegenerativa que padecen en torno a 2,3 millones de personas en todo el mundo y más de 46.000 españoles, principalmente mujeres. Una enfermedad de la que solo en nuestro país se diagnostican cada año más de 1.800 nuevos casos y cuyo origen, aún a día de hoy, permanece desconocido. De hecho, no ha sido sino hasta hace pocas semanas cuando se ha identificado el primer gen relacionado con su desarrollo. Además, cada vez hay más evidencias de que los factores ambientales juegan un papel fundamental en su aparición. Es el caso de un nuevo estudio dirigido por investigadores del Hospital General Judío de Montreal (Canadá), en el que se confirma que, tal y como se venía sospechando, la obesidad en los primeros años de la edad adulta se asocia con un riesgo mucho mayor de acabar padeciendo esclerosis múltiple.
Como explica Brent Richards, director de esta investigación publicada en la revista «PLOS Medicine», «nuestros resultados tienen implicaciones muy importantes para la salud pública dada la elevada prevalencia de obesidad en muchos países».
Una cuestión de peso
La esclerosis múltiple es una enfermedad caracterizada por la destrucción por el sistema inmune de la capa de mielina que protege las neuronas del cerebro y la médula espinal. El resultado es que esta enfermedad constituye la segunda causa de discapacidad entre la población joven, únicamente superada por los accidentes de tráfico. Todo ello sin olvidar la elevada tasa de mortalidad asociada con las formas más agresivas de la enfermedad. Y es que aún en la actualidad, los tratamientos para frenar su progresión y minimizar sus síntomas tienen una eficacia ciertamente limitada. De ahí la importancia de la adopción de medidas preventivas para reducir el riesgo de su aparición. Pero para ello, lógicamente, primero deben identificarse los factores de riesgo.
En este contexto, numerosas investigaciones han sugerido que la obesidad podría asociarse con un mayor riesgo de esclerosis múltiple. Por ello, los autores del nuevo estudio analizaron una amplia base de datos de ciudadanos canadienses y británicos con el objetivo de evaluar si la predisposición genética a desarrollar obesidad supone, asimismo, una mayor probabilidad de aparición de la enfermedad.
“Nuestros resultados deberían suponer una motivación para combatir las tasas de obesidad juvenil” — Brent Richards
Y llegados a este punto, ¿por qué centrar el estudio en las personas no ya con obesidad, sino genéticamente predispuestas a ser obesas? Pues porque de esta manera se elimina la posible influencia de otros factores de riesgo de la esclerosis múltiple, caso del hábito tabáquico.
Los resultados mostraron que las personas que, ya con sobrepeso, se convierten en obesas tienen un riesgo en torno a un 40% superior de acabar desarrollando esclerosis múltiple durante sus primeros años de la etapa adulta.
Combatir la obesidad juvenil
En definitiva, como indica Alberto Ascherio, de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard en Boston (EE.UU.), en un editorial en el mismo número de la revista, «las evidencias del nuevo estudio sugieren que la obesidad en la etapa temprana de la vida guarda una relación causal con el riesgo de esclerosis múltiple y ofrece una justificación adicional para la prevención de la obesidad».
Y es que como concluye Brent Richards, «dado que la edad promedio de aparición de la esclerosis múltiple se establece en los 28-31 años, nuestros hallazgos deberían suponer una motivación para combatir las tasas de obesidad juvenil mediante la adopción de intervenciones que promuevan la actividad física y la nutrición a nivel escolar y de la comunidad».