Gen contra la obesidad

El gen del ‘borracho agresivo’ protege contra la obesidad y la diabetes tipo 2

Investigadores de la Universidad de Helsinki (Finlandia) que demostraron que una mutación puntual en un gen del receptor de la serotonina 2B puede hacer a sus portadores propensos a la conducta impulsiva, especialmente cuando están bebidos, han demostrado ahora que esa misma mutación puede protegerles de la obesidad y la resistencia a la insulina, ambas asociadas a la diabetes tipo 2.

Este estudio, publicado en la revista Journal of Psychiatric Research, se centró en la sensibilidad a la insulina, la actividad de las células beta y el índice de masa corporal (IMC) de 98 hombres finlandeses entre las edades de 25 y 30, todos ellos diagnosticados con trastorno de personalidad antisocial.


Los resultados del trabajo indican que los portadores de una mutación puntual en un gen del receptor de la serotonina 2B tenían un índice de masa corporal menor y una mayor sensibilidad a la insulina que las personas sin la mutación. Normalmente, los hombres con bajos niveles de testosterona son más susceptibles a trastornos metabólicos, pero entre los portadores de la mutación puntual esta tendencia se invirtió, es decir los niveles más bajos de testosterona aumentaban la sensibilidad a la insulina.


Los resultados también sugieren que los hombres en la treintena con personalidades antisociales pueden constituir un grupo de riesgo de la resistencia a la insulina y, por lo tanto, de padecer diabetes tipo 2 en el futuro.


“Es fascinante pensar que esta mutación del receptor que se ha transmitido a través de la cadena de la evolución tendría un impacto tanto en el cerebro como el comportamiento impulsivo y el metabolismo de la energía”, apunta el Helsinki doctor Roope Tikkanen, psiquiatra de la Universidad de Helsinki y director del estudio.


“Podríamos suponer que el efecto compuesto que la mutación y la testosterona tienen sobre el metabolismo de la energía podría haber sido beneficioso en la edad de hielo, sobre todo para los hombres con un alto nivel de testosterona, que habrían sobrevivido con una menor ingesta de calorías. Al mismo tiempo, la agresividad asociada con altos niveles de testosterona podría haber ayudado a competir por la comida”, añade el investigador.


En la sociedad moderna, en la que abunda comida, los portadores de la mutación que tienen niveles normales o bajos de testosterona pueden estar mejor protegidos de enfermedades metabólicas relacionadas con la obesidad, como la diabetes tipo 2.

“Es de suponer que el efecto sería particularmente pronunciado en las mujeres, que de forma natural tienen niveles más bajos de testosterona que los hombres”, apunta Tikkanen.


Más de 100.000 finlandeses y más de 1.000 bebés nacidos cada año en el país son portadores de la mutación puntual en el receptor de la serotonina 2B.

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