Una revisión de más de mil estudios añade a la lista de riesgo de cáncer por sobrepeso la aparición de tumores en el estómago, el hígado, vesícula, páncreas, ovario y tiroides, así como meningioma y mieloma múltiple.
El vínculo entre obesidad y algunos tipos de cáncer se conoce desde hace años para tumores tan comunes como el de mama o el de colon. Pero el papel que desempeña el sobrepeso en las enfermedades oncológicas podría ser mayor de lo que se sospechaba. Una revisión de más de un millar de estudios ha encontrado «suficiente evidencia» de que los kilos de más también elevan el riesgo de sufrir hasta ocho tipos de tumores para los que el vínculo no estaba demostrado hasta ahora.
Esta concienzuda revisión la ha elaborado la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), una institución dependiente de la Organización Mundial de la Salud, cuyos estudios no suelen pasar desapercibidos. Uno de los más polémicos fue el que relacionó el cáncer con el consumo de carne roja.
En su último trabajo, la IARC advierte que el aumento de grasa corporal participa en la aparición de tumores en el cardias gástrico (zona de unión del esófago y el estómago), hígado, vesícula, páncreas, ovario y tiroides, así como meningioma y mieloma múltiple.
Hay «evidencia limitada» de que evitar el sobrepeso disminuye el riesgo de morir por cáncer de próstata, cáncer de mama para los hombres y linfoma de las células B grandes, agrega la nota. Estas son las conclusiones del trabajo de 21 expertos internacionales independientes a los que la agencia encargó que repasaran más de 1.000 estudios, lo que incluía análisis del comportamiento de varias generaciones, experimentos con animales e investigaciones sobre la relación del cáncer con un exceso de grasa corporal.
Conclusión final: El director del IARC, Christopher Wild, cree que este nuevo informe debe animar a la población a «encontrar formas efectivas, tanto a nivel individual como social» para aplicar las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud respecto a los hábitos alimentarios y al ejercicio físico si se quiere combatir el cáncer y otras enfermedades no contagiosas.