Expertos reunidos en el ‘Workshop How to tackle the obesity epidemic in European children’, organizado por la Fundación Iberoamericana de Nutrición (FINUT), han recordado que para abordar la obesidad infantil se necesita intervenir en el entorno familiar y educativo de los niños. Y es que, al menos el 25 por ciento de los niños en España sufre obesidad, siendo los países del sur de Europa los que más prevalencia registran del continente. Para abordar la obesidad infantil se debe intervenir en el entorno familiar y educativo de los niños.
Ahora bien, a pesar de que se ha conseguido mejorar ciertos hábitos de vida entre los menores, como el aumento del consumo de frutas o la disminución del tiempo dedicado a comportamientos sedentarios, no se ha logrado todavía reducir significativamente el número de niños con obesidad.
“Hay que seguir trabajando, tenemos que mejorar las intervenciones que dirigimos a este sector de la población y debemos conocer los condicionantes que llevan implícitos porque, en muchas ocasiones, estas intervenciones afectan de manera directa al entorno familiar y escolar de los niños”, ha aseverado el presidente de la Sociedad Española de Nutrición (SEN), miembro del CIBEROBN y coordinador del ‘workshop’, Luis Moreno.
Y es que, a juicio de los expertos, la obesidad es un problema multifactorial “muy complejo”. “Entre todos estos condicionantes, el componente genético es muy importante ya que alcanza hasta un 60 por ciento de variabilidad en el índice de masa corporal. El incremento de la obesidad infantil en los últimos años está muy relacionado con el acceso y la exposición de los niños a productos de alto contenido calórico, a una vida sedentaria y carente de actividad física”, ha explicado el doctor.
Por otra parte, durante la reunión se ha mencionado el estudio ‘Identification and prevention of Dietary- and lifestyle-induced health EFfects In Children and infantS’ (IDEFICS), un trabajo europeo que tenía como objetivo remarcar la importancia de una dieta sana y unos hábitos de vida saludable, así como desarrollar, evaluar e implementar diferentes intervenciones y acercamientos para reducir la prevalencia de la dieta y el estilo de vida relacionado con estas enfermedades.
En este sentido, la profesora de Estadística de la Universidad de Bremen (Alemania), Iris Pigeot, ha asegurado que, tras la realización de este estudio, la prevención de la obesidad no debería dirigirse únicamente al comportamiento, sino también a determinantes sociales, ambientales y físicos.
Así, los profesionales reunidos han perfilado diferentes líneas de actuación que pasan por intervenciones que combinan una dieta saludable con actividad física y disminución del sedentarismo.
“Existen dos niveles de intervención: por un lado, está la investigación que demuestra qué estrategias son las más eficaces y, por otro, la comunicación de estos resultados a la Administración que es la responsable de los programas de salud pública”, ha recalcado el doctor.
Finalmente, la doctora Pigeot ha destacado la necesidad de que todos los profesionales con responsabilidad en la salud y el bienestar de los niños y sus familias apoyen y fomenten intervenciones “seguras” que ayuden a mantener la salud a lo largo de toda la vida.